9 de diciembre de 2012
DE A POCO.
La descomunal reacción de los grupos de poder concentrados, esto es, de los
privilegiados en este y cualquier otro sistema socio económico político en que
el conjunto social haya perdido el control del Estado -esta masiva reacción
digo-, es la prueba más clara de que, hoy como nunca, se están tocando esos
privilegios mediante la recuperación del Estado como ordenador de esa muy
compleja trama de intereses, presente en cualquier sistema de relaciones de
producción de bienes y servicios. Pero en
particular compleja, en el capitalismo, en virtud de la legitimación que hace
de la "propiedad privada", elevada a la categoría de
"dogma" de una "juridicidad divina". Pero es lo que hay!!
Ojo al piojo! Es imposible mudar de pronto, de algo tan estructural como una
intrincada red tejida a través de centurias de implementación sistemática de
los principios rectores de este sistema, reconocido en su momento como
superador de un estado de cosas más cruel, ya negado desde hace una punta
de años y sin embargo muy resistente, dado el altísimo nivel de especialización de
sus instancias de poder. Considerando la enorme concentración de poder en los países
centrales, en esta fase del Capitalismo, los gobiernos progresistas de
Latinoamérica y el Caribe, están siendo tan cautos como deben. Un muy lúcido
analista del problema árabe, invitado ayer al programa VISION 7 INTERNACIONAL,
dijo algo que me pareció valiente y honesto: “…las discusiones internas en los
países, son una cosa, pero en el contexto internacional, hay que socializar (en
el sentido de “negociar”)…” Nuestra región tiende a reestructurarse, a
consolidar sistemas de unificación en función de intereses ya no locales sino
regionales. Avanzan de a poco, en el control de los resortes de poder que
permitan discutirlo todo, pero sin lesionar el tejido que mencionaba antes,
para no facilitar aventuras injerencistas drásticas. El tema de la plena
vigencia de la Ley de Medios Audiovisuales, tiene mucho de esto. El devastador
efecto que tendrá para el aparato de poder que encierra la corporación
mediática, la obliga a poner “toda la carne en el asador”, valiéndose de
tecnicismos que la juridicidad sistémica le provee, -juridicidad que tal como
avanzan las cosas, también será revisada en su oportunidad-. Por todo esto,
digo que este es un día de genuina felicidad, para festejar con plena libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario