28 de setiembre de 2012

El 7D, pudiera ser una suerte de meteorito que termine con cierto tipo de dinosaurio –no uno valioso ni bonito-; uno monstruoso, predador descomunal, dañino funcional. Pero presiente el fin, y antes quiere hacer tanto daño como le sea posible. Y me preguntaba si no sería oportuno que los comunicadores honestos, los hombres notables de pensamiento dinámico y crítico, propusieran a los otros un ejercicio: arrancar con un debate desde cero. Es notable de qué manera los comunicadores e intelectuales reaccionarios, recurren de manera ingenua o consciente, a la fragmentación del discurso histórico, para sembrar en partes aisladas críticas que como parásitos sorprendan a los incautos que no advierten la descontextualización. Entonces; el ejercicio consistiría en convenir un proceso de reconstrucción del relato histórico, desde lo más elemental, prescindiendo de toda cita bibliográfica, y de todo preconcepto de fe, para referirse a cuestiones simples y accesibles aun para los de formación más humilde. Por ejemplo: Los humanos se necesitan, y se agrupan para vivir. Desarrollan técnicas para hacerlo cada vez más eficientemente. Si estas dos proposiciones son aceptadas por todos, se las homologa, y se sigue adelante. Y luego podría proponerse, que la asociación humana persigue fundamentalmente el propósito de mejorar la oportunidad de mejor vida para cada uno de los asociados, y en consecuencia el interés superior será necesariamente el colectivo. Si nadie se opone, se homologa. Y siguen las proposiciones. Ni Lanata, ni Caparroz, ni Sarlo; nadie podría desde ese nivel de análisis, negar cuestiones de puro sentido común. Y luego de este proceso, nos ahorraríamos el tener que escuchar tanta impune burrada, como las acusaciones de stalinismo, sólo posibles desde la –deliberada o no- contaminación de partes aisladas de la realidad, tan difíciles de contestar de manera que todos lo puedan entender. (28 de setiembre de 2012)

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