Yo tengo la clave.
 
Son
 
esas cosas como colibríes que 
 
juegan en sus ojos, y que
 
me permiten verlas.
 
La clave es
 
que algo descansa en mí
 
cuando camina delante
 
como si el aire se abriera reverente,
 
tanto,
 
que lo majestuoso de su paso
 
me deja ver
 
coreografías asombrosas.
 
Así que la clave es
 
que yo muero de amor
 
si ella me mira,
 
o si camina delante,
 
o si me toca, si aprieta, si me suelta
 
de pronto,
 
como un ave que volara airosa de mi brazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario