Guarda el hilo, es una expresión popular que hace referencia a una vieja técnica de los albañiles, mediante la cual hacen un seguimiento permanente de la horizontalidad y verticalidad de lo que construyen, recaudo elemental para la estabilidad de la estructura construida. Asimismo, les permite ser fiel al proyecto original. Naturalmente, ese proyecto habrá cumplido con otros recaudos, propios para esa etapa.
        La expresión popular, lo dice de corrido: "guardaelhilo", y se usa para advertir, en cualquier situación de construcción -a mi en particular me interesa lo teórico político filosófico-, que no debe descuidarse ese instrumento "testigo" que es el "hilo".
        El hilo del albañil, es exactamente eso: un hilo sujeto a dos extremos previamente ajustados por la "plomada" en lo vertical y por el nivel de manguera en lo horizontal, que se mueve en forma ascendente, la misma cantidad de centímetros en cada extremo, conforme se agregan nuevas "hiladas" de ladrillos o partes.
        El hilo del pensador, es esa línea de acción que se propuso en función de ciertos propósitos ulteriores, que tendrán que ver más o menos con el interés común -común de todos-, con relaciones de producción basados en la equidad, con un edificio social inclusivo siempre atento a que, si por la dinámica de la construcción histórica, pudieran producirse desplazamientos que pongan en riesgo derechos humanos elementales, sean advertidos a tiempo y se puedan corregir.